Estoy en el momento que te echan la bronca por llegar tarde a casa . Por desquiciar un minuto de más de la media noche . Por regresar sin querer a los 18 años. Créanme que ya no vomito en los altares , que mis noches las paso a solas , que existen más de una y mil camas pero un cuerpo vacío . Esa persona que me enamoró, la veo en todas partes sin poder sentir su aliento respirar en mi nuca o, sin tocar un cuerpo que ya es más suyo que mío al igual que los labios. Esos que besaría 24 horas sin cansarme y que solo hago en sueños. Y ahora, al despertar me levanto desarmada como una muñeca rota e imaginando que estás aquí . Grito tu nombre a cada paso en el asfalto de mi pensamiento, pero ya nada vale . Tú cada vez más tú, y yo cada vez más nosotras y mi silencio. Créanme que en este tiempo he aprendido tanto que la paciencia es mi fiel compañera. ¿Te atreverías a probar el cambio?. Déjame que lo intente, la humedad aún no se ha secado y con un beso podrás sanar las cicatrices y con una caricia amar de nuevo. Todo es tan tuyo, el olor, la piel, hasta el llanto . Tan sólo déjame intentarlo aunque sea muy despacio.
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