BABEL
BABEL La Torre de Babel fue creada en el desierto de palabras sordas, fue bautizada con el sobrenombre de la cultura y muere a manos de la incomprensión. La Torre de Babel lo fue todo y ahora, es nada. La palabra se fue haciendo camino sobre los paladares de un lenguaje poco común, el verbo resucitó a su hora y los sueños que esperábamos no tardaron en llegar. Los andenes abandonaron su camino y los pasos que aún no dábamos, se adelantaban a los minutos de la espera. El adiós por entonces, parecía eterno. Los andenes se convertían en inexistentes patios de recreo, las almohadas descansaban sobre el nicho de nuestras ideas y las aceras dormían en carreteras sin asfalto. Los segundos eran dueños de ese niño que no crecía, de esa mañana que no llegaba y de ese equipaje que se moría por desnudarse. Los hasta luego eran frecuentes en nuestro vocabulario, en nuestro día a día , en nuestro querer irse para volver. ¡ Y cuántos caminos tiene la Torre de Babel!. Las pupilas quisieron gana