Helechos y abedules sobre el verde pasto

ANONIMATO DE UN AMIG@ Cuando el patio de recreo era un desierto y jugábamos a conocernos, la virtud, aún, era privada. Nos adentramos en esferas que daban al infinito donde los números eran figuras sin sentido, y, nos acostumbrábamos a la inocencia.   Crecimos, y torres altas cayeron a fuerza de silencio y tempestades , la escarcha se escondía en el hielo de la noche y todo se escapaba al alcance. Y pasaron los años, la vida empezaba a continuar y la plastilina que moldeábamos fue presa de nuestros   vasos de arcilla. Ayer, que para mí sigue siendo hoy, mi conciencia afirma que hay muchas cosas que valen la pena. Del lápiz ,a figuras de cerámica. De matemáticas, a comer quicos. Y de un número romano, a una caricatura. De asignaturas pendientes, a un viaje. De tristezas, a abrazos. Y de ordenar, a pedir la cuenta. Del primer caballo de cartón, a silbidos de un ajedrez…Y parece, que ahora recuerdo ser una niña, cuando soy algo mayor.   Anoche sumaba una mano co

"Por ellos, por lo que aprendieron, por lo que lucharon, por la familia y por supuesto, porque nos siguen enseñando". ¡GRACIAS!. LA BURLA DE LA PRIMERA VEZ Cuando se atenta contra el pensamiento   los actos se convencen en el libro blanco del día a día.   Ladrón de bar en bar,   rutina volátil y vulnerable a ciegas de ver la luz de la mañana. Mis sentidos absortos e inútiles, alborotan cenizas de color rojizo flotando entre cajones de madera, en semillas de brotes verdes.   Y cuando la luna tiene forma de limón , toda alegría se adormece para despertar en el porvenir de la sonrisa. El ayer es tan sólo una presa acuosa, lejos de sabanas renovadas y de ideales adolescentes   sin respuesta. Dicen que en esa respuesta hubo pasión, y, ¿ por qué no?. Las heridas duelen menos desde el conocimiento, desde el ayer. Desde donde el agua oxigenada es el oxígeno de la trinchera. Cavando el número que calzas, azotando las redundancias utópicas   y adelan