HUIR EN LA MISMA DIRECCIÓN
Por los 10 años y 365 noches conmigo. Gracias Zeus. HUIR EN LA MISMA DIRECCIÓN La historia se repite pero ha cambiado. Cada palabra se mide ahora a golpe de metrónomo, la independencia se convierte en una incomunicación de lenguaje y las bromas cada vez son más ciertas. En este que hacer, donde el veneno está a punto de rendirse a la sociedad , y el sudor de la empatía ha desgastado todos sus cartuchos, el día a día carece de sentido. Esta es la elipse que la raza humana se pregunta una y otra vez justo en el momento “antes de”. Justo antes de levantarnos temprano, antes de una ruptura o una pérdida. O justo antes de, escuchar una canción, de recibir o dar una caricia, de un incómodo silencio, o, justo antes de esas “temidas” palabras como te quiero, perdón, me equivoque o lo siento. Cosas que de repente olvidamos y nos hacen que el día se silencie, o, las lágrimas broten en una travesura inolvidable. Si decidimos enfadarnos, la luz se hará obscuridad de ma