Tardes de domingo






Tus palabras tienen aliento de prisa , mientras las palabras de algún viejo conocido cobran vida :
Recuerdo aquella sórdida estación,desolada e irónica ,donde veía como cada domingo pararse el tren. Naufragios de un domingo devastador y de un lunes sin tormenta. Cuantas lágrimas se embaucaron en el ayer, sin saber que el raíl por donde caminaba sería un pasto trashumante. Conocí a fieles adheridos a sus letras , a personas que sin hablar lo callaban todo y a hermanos de sangre pero sin boca. Y sin querer, el calendario sigue sumando canas en la dulce vertiente del desenfreno, como una daga cristalizada, como el verso que se escribe a tiempo. Y a día de hoy, no hay razón que suscite un enfado , ni piedra que construya una muralla. Y en este preciso instante, si tienes un Segundo, no existe hogar más cálido que las tardes de un domingo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Luz de luna

Tan cerca de vernos tan lejos

Tu boca desoriginal